jueves, 8 de abril de 2010

Recuerdos del 97

EL día más bello: Hoy.

La cosa más fácil: Equivocarse.

El obstáculo más grande: El miedo.

El error mayor: Abandonarse.

La raíz de todos los males: El egoísmo.

La distracción más bella: El trabajo.

La peor derrota: El desaliento.

Los mejores profesores: Los niños.

La primera necesidad: Comunicarse.

Lo que más hace feliz: Ser útil a los demás.

El misterio más grande: La muerte.

El peor defecto: El mal humor.

La persona más peligrosa: La mentirosa.

El sentimiento más ruin: El rencor.

El regalo más bello: El perdón.

Lo más imprescindible: El hogar.

La ruta más rápida: El camino más correcto.

La sensación más grata: La paz interior.

El resguardo más eficaz: La sonrisa.

El mejor remedio: El optimismo.

La mayor satisfacción: El deber cumplido.

La fuerza más potente del mundo: La fe.

Las personas más necesarias: Los padres.

Lo más bello de todo: El amor.


Estas fueron algunas de las palabras de la Hna. Virginia, directora en ese momento del colegio, desde el momento que lo escuché me gustó, por eso hoy lo recordé y quise compartirlo.

martes, 6 de abril de 2010

DESIDERATA

“Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,

y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.

Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.

Di tu verdad tranquila y claramente;

Y escucha a los demás,

incluso al torpe y al ignorante.

Ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas,

pues son vejaciones para el espíritu.

Si te comparas con los demás,

puedes volverte vanidoso y amargado

porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes.

Interésate en tu propia carrera,

por muy humilde que sea;

es un verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.

Sé cauto en tus negocios,

porque el mundo está lleno de engaños.

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;

mucha gente lucha por altos ideales

y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tu mismo.

Especialmente no finjas afectos.

Tampoco seas cínico respecto al amor,

porque frente a toda aridez y desencanto,

el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con cariño el consejo de los años,

renunciando con elegancia a las cosas de juventud.

Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,

pero no te angusties con fantasías.

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Más allá de una sana disciplina,

sé amable contigo mismo.

Eres una criatura del universo,

al igual que los árboles y las estrellas;

tienes derecho a estar aquí.

Y, te resulte o no evidente,

sin duda el universo se desenvuelve como debe.

Por lo tanto, mantente en paz con Dios,

de cualquier modo que Le concibas,

y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,

mantente en paz con tu alma

en la ruidosa confusión de la vida.

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,

éste sigue siendo un hermoso mundo.

Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.